El desafío consistió en la construcción de invernaderos Everest™ en naves de 9,60 metros de ancho y 6 metros hasta la canal. Se implementó un sistema de ventilación de doble ventana en la cumbrera equipada con una malla antiáfidos y una estricta gestión de acceso a través de una esclusa sanitaria. Se incluyeron mejoras como la inyección de CO2, tratamiento UV y recirculación del aire, además de una pared de doble plástico inflado y una pantalla térmica.